21 mayo 2014

Más allá del hijo, el libro y el árbol.

Lo sabia. Sabia que tenia razón.Y ahora unos investigadores de universidades de Canadá y Estados Unidos me la han dado. Tener un propósito en la vida está asociado a un menor riesgo de mortalidad. O lo que es lo mismo :!vive el reto! 

No hace falta que sea un gran propósito. Vale que muchos se agarran al "planta un árbol, escribe un libro y ten un hijo". Pero siendo un poco más originales, hay mil retos para proponerse. Simplemente nos vale ir marcándonos pequeñas píldoras de futuro. Desde volar en parapente, hasta aprender esgrima, hacerse un huerto, o participar en el maratón de Nueva York. Propósitos futuribles y factibles. Retos que nos inciten y nos exciten a vivir con ganas.

Hay quien va por ahí viviendo el presente y negándose un reto, un propósito, un plan futurible, hasta si me apuras, un sueño. Pasan por la vida consumiendo el día a día, haciendo de la jornada un trámite en bucle, un día de la marmota insufrible. Yo siempre he sido de los que necesitan tener a mes vista, a año vista, un objetivo, un propósito, un ideal. Eso me da ánimos, me da fuerza, me anima. Y encima ahora me dicen que esos objetivos que le ponemos a la vida nos la alargan.

Los resultados de estos estudios están publicados en la revista Psychological Science. Apuntan que la búsqueda de una dirección en la vida, y el establecimiento de objetivos, puede ayudar a vivir más tiempo, independientemente del momento en que encuentre el propósito. Los investigadores creen que tener un objetivo en la vida puede animar a las personas a seguir un estilo de vida más saludable y a ser más positivos, elementos que pueden aumentar la longevidad.

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