08 abril 2014

Cincuentañero, madrugador...y feliz


Somos más felices a los 85 que a los 18, y eso ya me deja más tranquila. A los 18 años ya no hay manera de volver (excepto Isabel Preysler) , y a los 85, todavía hay probabilidades. Ya sé que todo esto de la felicidad está sobrevalorado, y que uno no tiene que obligarse a ser feliz, como uno no puede obligarse a ser torero. Hay otros estados emocionales en los que la mayoría de la gente transita, en el tiempo que dura esta tragicomedia que es la vida.

!Toda una vida de felicidad!!Ningún hombre vivo podría soportarla!!Sería el infierno en la tierra! (G.B.Shaw)

Yo ahora mismo estoy a la espera del email que me haga ingresar en la nutrida lista del paro. ¿No debo ser feliz por eso? Depende de mi (bueno, un poco del Sr.Moniato-Fabra, también) . Y me aferro a los resultados de ese estudio que demuestra cómo a partir de los 50 la felicidad suele estar más al alcance de la mano. Y yo ya voy camino de tan redonda cifra. A partir de los 50 son menos los momentos en los que aparece la ira, aprendemos a llevar mejor las preocupaciones y ganamos en disfrute y felicidad. Este estudio de la universidad de Stanford demuestra que el hecho de saber que el tiempo que nos queda es poco, nos ayuda a poner el esfuerzo en lo verdaderamente importante y en relaciones que consideramos significativas, por lo que cada vez nos sentimos más satisfechos.

A quien madruga.....
Si a esto de la edad, le sumamos que son más felices las personas madrugadoras, doy en el clavo. De mis años de horario de panadero me ha quedado la costumbre de levantarme pronto. Otro sesudo estudio, esta vez de la Universidad de Toronto, confirma que las personas (especialmente los adultos jóvenes) que madrugan son más felices y sanas que aquellas que se inclinan por la noche.

Una explicación de este fenómeno está basada en el concepto de “jet lag social”  la felicidad de una persona estaría relacionada con las convenciones y las demandas sociales que casi en su totalidad están pensadas para las personas que viven de día.
Es aquello de ser alondra o búho. Si queréis saber más os dejo el enlace a otro blog.

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