02 diciembre 2013

Para leer y sonreír : La última de Alan Bennet. Dos historias nada decentes.

Vuelvo a Alan Bennett en busca de un poco de humor que me levante el ánimo. Y me vuelvo a encontrar ese humor tan british, tan fino, y a la vez tan descarado. Así que me refugio en la lectura de Dos historias nada decentes. Un par de relatos cortos,  donde el guionista, actor y escritor, narra cómo las apariencias esconden bajo la alfombra un montón de mierda social, de decoro y de educación políticamente correctas. Es decir un sinfín de apariencias y suposiciones, muy lejanas de la realidad. Hipocresía y mentiras tejidas en el entramado social de una clase media "respetable".

El primer relato es La señora Donaldson rejuvenece. Es la historia de una reciente viuda, que se ve obligada a a alojar a una pareja de estudiantes en su casa, para complementar su trabajo a horas en la facultad de medicina como simuladora de enfermedades. Una proposición de sus inquilinos le hará cuestionarse su anterior estilo de vida.

El otro relato, más flojo, es La ignorancia de la señora Forbes, una dama a la que la desdicha le visita en forma de nuera. Una chica a la que considera no estar a la altura de su atractivo hijo.

A Bennett ya lo conocía por otra de sus novelas, que no me canso de recomendar, Una lectora nada común, en la que narraba el recién descubrimiento de la reina de Inglaterra de su gusto por la lectura. También me encantó La dama de la furgoneta. Ambas guardan esa línea de humor tan Bennett, en unas narraciones que eres capaz de imaginar en clave cinematográfica. 

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