15 marzo 2012

Expiación de Ian McEwan

A veces cuando descubres a un escritor, a través de su última novela publicada, te sientes arrastrada a leer algo más de él. No es la primera vez que me pasa. El año pasado leí Solar de Ian McEwan, y me gustó, y por razones del azar, cayó en mis manos Expiación. Yo hace años leía libros hasta sus últimas consecuencias. Es decir, si no me gustaban, hacia el esfuerzo de acabarlos, casi por obligación. Ahora no me puedo permitir esa perdida de tiempo, como dice Mc Iwan: el tiempo encierra un tesoro, es el lujo de una fortuna aún no gastada. Así que ahora si llevo 150 páginas y no me ha enganchado, pues se cierra y a por otro. Bueno, pues Expiación , como antes Solar, me han arrastrado a lo largo de sus más de 400 páginas sin darme un respiro , con esa bendita seducción que tanto cuesta encontrar en los libros. Por eso cuando encontramos “lecturas adictivas” desarrollamos una especie de “mono”. Lo que más me ha sorprendido de Expiación es que no parece de McEwan, al menos, no para alguien que viene de leer una novela tan diferente como Solar. Con Expiación es como si leyera a Jane Austen. Pero por eso mismo reconozco la genialidad de McEwan (a quien he intentado leer en inglés en On Chesil Beach, sin fortuna) , ese poder escribir de manera tan diferente, con estilos y universos tan opuestos, y de manera tan soberbia. Lo que está claro es que es un maestro de las descripciones, si en Solar , aluciné con la descripción que hace de un paquete de papas fritas, en Expiación es una delicia leer “la primera vez” de los protagonistas (pags.162-165). Por último deciros que hay que tener un poco de paciencia al principio, hasta el momento en que se desencadenan los acontecimientos. Pero para contaros de que va la historia, decir que se trata de los hechos ocurridos un verano de 1935 en el seno de una familia burguesa inglesa, poco antes de la IIGM. Hay una historia de amor, una historia de guerra,una historia de superación. Pero sobre todo planea la culpa. La culpa de lo que ocurrió, y la necesidad de la protagonista de expiar ese pesado lastre, vertebran toda esta historia. Como dice la protagonista : ¿Cómo puede un novelista alcanzar la expiación cuando, con su poder absoluto de decidir desenlaces, él es también Dios?".

1 comentario :

dapazzi dijo...

MOLT BONA, SI SENYOR.