30 octubre 2011

Un futuro "azuloscurocasinegro"

¡Acabamos octubre , chicos! Por delante dos meses calentitos y llenos de citas. La primera mañana mismo, mi primera visita al cardiólogo. Ya sabia yo que este "corazón-partío" iba a petar por algún lado. La segunda, ver a mis amigas en una “kedada xpress” en Xátiva, para darnos un homenaje gastronómico (que nosotras nos lo merecemos todo). La tercera las fiestas de mi pueblo ( ¡Viva la penya La Dolçor!). La cuarta, la cita electoral para el 20 N. La quinta otra quedada en Madrid con los "camaradas" para comprobar que en el centro de la península siguen tirando bien las cañas. La sexta, las Navidades. Y en estrenar el nuevo calendario, un ERE. ¿Quien da más? Madre mía, que apretadito que lo tengo. Yo es que soy mucho de planificarme el corto plazo. Necesito saber que voy a hacer en el futuro más inmediato. Un futuro, por cierto, azuloscurocasinegro, como la película. Hoy cuando he reflexionado la cifras (1 de cada 4 valencianos en edad de trabajar está en el paro) me he quedado perpleja. 1 de cada 4. Es bestial. Son cifras de un país en vías de desarrollo. Y yo puedo estar dentro de ese mismo saco, de aquí a nada. No me asusta el hecho de dejar de trabajar donde estoy, me asusta la incertidumbre. Porque si ahora mismo me confirman que en dos meses estoy en la calle, me tomo mis meses de reflexión, y me pongo a buscar soluciones ( como supongo que hacen miles de parados) , pero el no poder hacer planes de futuro porque el futuro está en el aire es lo que me mata. Por eso me vuelco en hacer planes a corto plazo, es lo único que puedo hacer. Me jode no cambiarme las ventanas, por si he de alquilar la casa. Me jode no hacer la reforma del baño, por si he de vender. Me jode no poder reservar un viaje a tres meses vista. Me jode no darme un capricho por que hay que ahorrar por si acaso me quedo en el paro. Me jode esta situación desesperante. Y ya se que soy una privilegiada, que todavía hablo de caprichos, y de irme de cañas a Madrid, cuando hay gente que no tiene para pagar la luz. Pero me niego a cortarme las venas. Por eso me vuelco en hacer cosas en el futuro inmediato, para distraer “el que vendrá”. Me niego a vivir con el miedo en el cuerpo. Lo que tenga que ser que sea. Pero que sea ya.

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